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Posts Tagged ‘Puerta del Sol’

Puerta del Sol, Madrid, diez de la mañana. El cielo está enmarañado por pequeñas nubes, que no impiden que los primeros rayos del sol ya golpeen contra las fachadas de la vetusta plaza. La primavera se nos muestra en todo su esplendor, la temperatura roza los 20 grados, y los camareros se afanan en instalar las terrazas, esquivando como pueden las ruidosas obras que en los últimos meses afectan a la plaza. Es sábado, hace buen tiempo, y el día promete. Los fotógrafos por la ciudad de Madrid son una estampa habitual. Los hay de todo tipo, desde turistas con pequeñas cámaras digitales y riñoneras, hasta auténticos profesionales con trípode y grandes teleobjetivos. Fotógrafos de prensa, nostálgicos con antiguas réflex analógicas, o adolescentes que se esfuerzan por enfocar tras la fiesta de la noche anterior son otros de los prototipos. Están todos,  y yo, cámara en mano, me dispongo a pasar una jornada de fotos por Madrid. Una jornada de fotos, con ellos.

 

Puerta del Sol

Vista de la sede de la Comunidad de Madrid, en la Puerta del Sol / Adrián Cordero

Vista de la sede de la Comunidad de Madrid, en la Puerta del Sol / Adrián Cordero

 

Tras asomarme por la boca del metro, y disfrutar unos instantes del aire sano de la mañana, diviso a mi primer objetivo. Es Miguel Ángel, y en ese momento se esfuerza en encontrar el encuadre perfecto del antiguo edificio de la Real Casa de Correos de Madrid, actual sede de la Comunidad. Para entendernos: la Puerta del Sol. Me aproximo a él, y espero a que culmine la instantánea para que me la muestre. Emplea un trípode profesional, y la cámara incorpora un gran objetivo que alcanza hasta 200mm.

-¿Para qué empleas el trípode? –le pregunto-. Hay suficiente luz como para que la imagen no salga movida.

-No tiene nada que ver con la luz –me responde un tanto ofendido-. Lo hago para conseguir el mejor encuadre. Mi pulso no es lo suficientemente bueno, y quiero tener una toma perfecta del edificio más emblemático de Madrid. 

Miguel Ángel viene de Barcelona, y se muestra maravillado por los encantos de la ciudad. “Todos tenemos en realidad una imagen mental de Madrid, pero no hay nada como verla in situ”, me comenta. Según afirma, lleva desde las siete de la mañana recogiendo tomas de la capital. “Necesitaba ver amanecer. El cielo que hemos tenido ha sido una maravilla”. Pero lo cierto es que, si bien ver amanecer en Madrid es bonito, para este loco por el instante no hay nada comparable al ocaso. Los colores son más puros, y éste puede ser contemplado desde lugares privilegiados de la capital, como el parque de El Retiro, el Templo de Debod, o el propio Palacio Real. Le emplazo a que contemple el atardecer y me despido. Tras el susto inicial, Miguel se muestra mucho más amable y agradece mis consejos. No obstante, parece no necesitarlos, pues echando un vistazo a sus fotografías, se nota enseguida que es todo un portento de la disciplina.

 

Plaza Mayor

Vista general de la Plaza Mayor, con las terrazas en primer término / Adrián Cordero

Vista general de la Plaza Mayor, con las terrazas en primer término / Adrián Cordero

 
Me adentro en el Madrid de los Austrias, donde me encuentro a un nutrido grupo de estudiantes que pasan unos días en Madrid. A primera vista, no muestran gran admiración por la Plaza Mayor, invadida estos días por los operarios que se afanan en instalar el escenario de las fiestas de San Isidro. Observo que hay una persona a la que sí le llama la atención su arquitectura. Su nombre es Silvia, y porta una cámara digital compacta de gama media. Al principio se muestra recelosa de hablar conmigo, pero cuando le informo de cuál es mi propósito, se relaja y comienza a contarme su experiencia. 

-Me encanta Madrid. Vine hace años con mis padres, pero era muy pequeña, y casi no lo recordaba.

-¿Has tenido la oportunidad de verlo en Navidad? La Plaza Mayor en Navidad no tiene desperdicio.

-No, ya te he dicho que no recuerdo casi nada.

-¿Conoces la historia de esta plaza? –le pregunto, intentando crear un ambiente más agradable-.

-Tengo entendido que pertenece al Madrid de los Austrias, pero no sé mucho más. 

Le explico a grandes rasgos que data del siglo XVII y que, efectivamente, es obra de la dinastía de los Austrias. Madrid era todavía por aquel entonces la capital de uno de uno de los imperios más influyentes del mundo, que no obstante se encontraba al borde de la decadencia. Pero hablemos de fotografía. A Silvia le gusta la fotografía, pero no la cultiva asiduamente. Asegura que sólo coge la cámara cuando va a algún sitio que no conoce, para recordarlo. 

-Pero entonces, ¿nunca has hecho fotos a tu ciudad? –le pregunto un tanto intrigado-.

-La verdad es que no. Lo cierto es que la ciudad de donde vengo, Ferrol, tampoco es especialmente bonita.

-¡Pero es no tiene nada que ver! ¿Quién dijo que una fotografía tiene que ser bonita? Es más, ¿quién decide lo que es exactamente bonito?

Mi pregunta le desconcierta, se queda pensativa, y al poco me espeta con decisión:

-¡Una fábrica no es bonita!

-¡Eso es una tontería! –respondo ya algo contrariado-.

-Son sucias –dice ella con cierto temor, al ver mi reacción-. 

Dado que veo complicado que entre en razones, le emplazo a ver un reportaje propio sobre la siderurgia en Avilés. Me promete que lo hará y, sin más, nos despedimos. Mientras me alejo oigo cuchicheos. Me temo que a Silvia no le he caído demasiado bien. Confío, en cualquier caso, en que vea el reportaje.

 

 Barrio de La Latina

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Andamiaje en un edificio del barrio de La Latina / Adrián Cordero

  

Continúo mi periplo, y en esta ocasión me dirijo hacia el barrio de La Latina. El sol ya está alto, aunque no aparece nítido. Las nubes van ganando terreno y no invitan al optimismo. Es hora de comer algo, y me integro entre la multitud que tapea por el conocido barrio madrileño. No tardo en encontrarme una cámara. No sé hacia dónde apunta. No hay ningún monumento, ni ninguna escena que a priori llame la atención. Para Silvia, mi anterior interlocutora, la escena sería simplemente un sinsentido. Sin embargo, yo no lo veo así, y decido acercarme y preguntar. 

-Perdona, ¿me puedes decir qué estás fotografiando? -Mi pregunta le inquieta, me mira con extrañeza, y me veo en la obligación de dar explicaciones-. Escribo en una revista digital sobre fotografía, y estoy haciendo una crónica.

-Estoy fotografiando a ese gato –contesta ya más tranquilo-. ¿Qué quieres saber exactamente?

-Me sorprende que fotografíes a un gato. No es habitual que la gente haga este tipo de tomas. ¿Eres de aquí, verdad?

-Sí, de Vallecas.

Dado lo curioso de la escena, decido averiguar algo más sobre este individuo. -¿Por qué un gato? –pregunto curioso-.

-Me ha llamado la atención, sin más. No me gusta fotografiar cosas muertas. Prefiero captar instantes concretos, únicos.

-Veo que te gusta la fotografía. ¿Qué más cosas te caracterizan?

-Fundamentalmente eso, fotografía con vida, generalmente humana. Me gusta que mis tomas tengan un significado que vaya más allá de lo estético. 

Me despido de Jorge con la ilusión de haber encontrado otro tipo de fotógrafo en las calles de Madrid. Efectivamente, nunca se acaban los instantes. Puedes fotografiar doscientas veces el Palacio Real, y en realidad estarás fotografiando doscientas situaciones distintas. En una habrá una pareja de recién enamorados. En la siguiente, es posible que aparezca un matrimonio que espera a su primer hijo, y en una tercera, el sol incidirá de tal manera que nunca antes, y nunca después, podrás captar una luz semejante. Y así, tantas veces como quieras. 

Su enseñanza me ha servido, y capto un instante que, en principio, se me antoja único. El sol luce fuerte por unos minutos, y un andamio que a priori no aporta nada, adquiere un matiz muy particular. Seguramente, en ningún otro momento del día podría haberlo apreciado de semejante manera.

 

 Parque de El Retiro 

Parque del Retiro en primavera / Autor: Adrián Cordero
Estampa primaveral del parque de El Retiro / Adrián Cordero

 

Entra la tarde. Prosigo con mi paseo, que no obstante va llegando a su fin. Me dirijo al parque de El Retiro. Cientos de jóvenes se amontonan en el entorno del lago. Hay música, hay ambiente. La primavera invita al paseo, aunque el cielo cada vez está más amenazante. Una pareja llama mi atención en medio de la multitud. Álvaro y Sandra portan sendas cámaras réflex, apuntando a lugares distintos, pero mirándose de reojo. Sandra se gira, y toma una fotografía de su pareja, que en ese momento está distraída. Observa el resultado, y le sonríe. Aún a sabiendas de que estoy rompiendo un momento íntimo, decido acercarme. Ambos me miran con extrañeza. Me identifico y les explico mi propósito. Me explican que tienen gustos muy diferentes a la hora de tomar una foto.

-Nos complementamos muy bien –afirma ella-. Yo soy más propensa al captar el sentido humano, y él prefiere las tomas inertes, estéticas.

-Perfecto entonces, ¿no?

-Así es –contesta él-. Lo cierto es que nos complementamos en todos los sentidos.

 Ambos se miran y sonríen. Mi presencia no les incomoda, pero lo cierto es que en sus ojos no se observa otra cosa que el deseo de estar solos. Me despido de ambos deseándoles lo mejor, y decido poner fin a mi ronda fotográfica. Atrás dejo a personajes de todo tipo. Madrid es una ciudad fotogénica, y eso se refleja en sus calles. Alberga, entre otro tipo de eventos, el festival PHotoEspaña, referente fotográfico en el ámbito nacional e internacional. Se trata, además, de uno de los destinos europeos de referencia, por lo que no es extraño encontrarse con numerosos grupos de turistas que también se afanan en retratar los encantos de la capital. Recónditos pasadizos conviven en armonía con la grandeza monumental de los palacios. Multiplicidad de exposiciones y museos de referencia como el Reina Sofía, muy volcado con la fotografía, completan la esencia de una ciudad que, sin duda, es ineludible para cualquier loco por el instante.

 

Loco por el instante os invita a ver más sobre Madrid …

Con una selección de reportajes propios colgados en la web meteoasturias

 

Madrid en Navidad

Reportaje realizado entre el 30 de noviembre y el 3 de diciembre de 2008. Recoge la iluminación navideña de las calles y plazas de la ciudad. [+]

Parque de El Retiro

Reportaje realizado a principios de junio de 2008. Muestra el conocido parque madrileño en todo su esplendor primaveral. [+]

Madrid desde el aire

Reportaje realizado a finales de mayo de 2008. Además de narrar una excursión académica por el centro de la ciudad, ofrece unas vistas únicas desde uno de los rascacielos de la Castellana. [+]

Madrid en fiestas

Reportaje realizado entre mayo y junio de 2008. Incluye, además de las celebraciones de Madrid, fotografías de la ciudad de Getafe, que también celebra sus fiestas por las mismas fechas. [+]

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